Hugo el «Pollo» Carvajal, el ex jefe de la Inteligencia Militar de Venezuela, aseguró ante la Audiencia Nacional de España que el partido Podemos recibió pagos de la petrolera estatal PDVSA a cambio de informes de asesoría carentes de contenido.
Carvajal reveló ante el juez García-Castellón que el cofundador de la formación morada, Juan Carlos Monedero, «habría cobrado unos 200.000 euros», en una audiencia que se llevó a cabo el pasado 20 de septiembre.
En tal sentido, García Castellón ahora espera que el ex jefe de la Inteligencia venezolana le entregue la próxima semana -a más tardar- la documentación que se comprometió a proporcionarle a fin de respaldar sus declaraciones para decidir sobre el futuro de las pesquisas, que se enmarcan en unas diligencias previas sobre terrorismo internacional.
El «Pollo», según fuentes judiciales, habló durante más de una hora de diversos asuntos sobre los que fue muy claro y dio bastantes datos, pese a lo cual se comprometió a dar soporte documental a sus palabras.
Además, Carvajal habría expuesto ante el magistrado los supuestos nexos entre la guerrilla colombiana de las FARC, ETA y el gobierno de Venezuela, apuntaron entonces las citadas fuentes.
No obstante, la Audiencia Nacional de España rechazó una solicitud de Carvajal de quedar en libertad provisional mientras se resuelve su proceso de extradición a Estados Unidos, que lo reclama por delitos de narcotráfico, al argumentar que existe «un elevado riesgo de que se fugue».
Por medio de un documento, los magistrados le recordaron que huyó de la justicia y se mantuvo escondido por casi dos años.
En 2019 el tribunal de España aprobó el pedido de extradición a Estados Unidos, que lo acusa de ser uno de los líderes del Cartel de los Soles, una organización narcotraficante supuestamente dirigida por militares. La huida llegó a su fin el 9 de septiembre de este año cuando fue detenido en Madrid.
Según la información ofrecida por la Policía Nacional, Carvajal pasó esos dos años en un estado de enclaustramiento casi constante y, además, se hizo cirugías estéticas para esconder su identidad.
«Ha existido una auténtica fuga desde el momento en que no ha estado a disposición judicial, independientemente de que no haya salido de España, lo que conlleva la necesidad de mantener su situación actual de prisión», señala el texto emitido por la Audiencia Nacional.
La entrega de Carvajal a Estados Unidos fue aprobada por la Audiencia Nacional y posteriormente ratificada por el Gobierno de España, pero en estos momentos se encuentra paralizada mientras se resuelve una petición de asilo formulada por el general venezolano.
El Ministerio del Interior de España denegó esa solicitud en 2019, pero su defensa presentó un recurso que todavía está pendiente de ser resuelto.
Carvajal, de 61 años, fue uno de los oficiales del Ejército que en febrero de 1992 secundaron al teniente coronel Hugo Chávez en el intento fallido de derrocar al presidente constitucional Carlos Andrés Pérez.
Con el chavismo en el gobierno fue director general de Inteligencia Militar en 2004-2011 (bajo la administración de Chávez) y 2013-2014 (ya con Nicolás Maduro en el palacio de Miraflores), y se retiró del Ejército con el grado de mayor general, el máximo.
En 2014 fue cónsul en la vecina isla neerlandesa Aruba, donde estuvo detenido a pedido de Estados Unidos y fue liberado poco después debido a su estatus diplomático.
Después ganó una banca en la Asamblea Nacional (AN, parlamento) por el chavismo para el período 2016-2021, pero a comienzos de 2019 reconoció al opositor Juan Guaidó como presidente interino de la república y le dio la espalda a Maduro, a quien se refirió como «dictador».
Entonces, el Ministerio Público de Venezuela lo acusó de traición a la patria, conspiración, financiamiento del terrorismo y asociación ilícita, y emitió una orden de captura en su contra.
La Justicia de Estados Unidos acusa a Carvajal de ser autor del delito de tráfico de drogas cometido en 2008 y fue sancionado por el Departamento del Tesoro por colaborar con el contrabando de cocaína que llevaban a cabo los grupos guerrilleros colombianos.
En el 2017, Carvajal llegó a ofrecer su colaboración a la Justicia norteamericana con la condición de que anularan la orden de captura internacional emitida en su contra, por la que fue detenido en Aruba.
Carvajal escapó en barco a la República Dominicana y de allí voló a España, donde estuvo preso entre abril hasta septiembre de 2019.